Resumen

Resucitación Cardiopulmonar de la parada cardiorespiratoria producida en la Fase Aguda del Infarto de Miocardio

Moreno Millán E

Filiación de los autores

Servicio de Medicina Intensiva. Hospital Txagorritxu. Vitoria.

DOI

Cita

Moreno Millán E. Resucitación Cardiopulmonar de la parada cardiorespiratoria producida en la Fase Aguda del Infarto de Miocardio. Emergencias. 1991;3:153-61

Resumen

Estudiamos las características y la mortalidad hospitalaria de las maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP) aplicadas a una serie de 80 paradas cardiorespiratorias (PCR) consecutivas, producidas en la fase aguda del infarto de miocardio (IAM). La duración de la RCP fue menor a 8 minutos en el 30, 0% de los casos; entre 8 y 16 minutos en el 56, 2% y mayor de 16 minutos en el 13, 7%, objetivando relación de la mortalidad con la prolongación de las maniobras y con el tipo de PCR: fue nula en la fibrilación ventricular primaria (FVP) con RCP < 8 minutos y originada en la primera hora de evolución del IAM. Precisó intubación endotraqueal el 61,2% de las PCR, pero ninguna de las FVP con RCP < 8 minutos. En todos los casos se realizó comprensión torácica externa, ventilación/oxigenación con balón autohinchable y accecso circulatorio. Solamente precisó drogas el 72,5% de nuestros casos: bicarbonato sódico 1M (52,5%), siempre en bolus de 50 mEq; adrenalina (40,0%) en dosis de 2 mg intravenosos; cloruro cálcico (17,5%), lidocaína (6,2%) y atropina (2, 5%). La desfibrilación se realizó en el 89, 9% de las PCR, requiriendo más de un choque el 71, 2% de los casos, y observando aumento de la mortalidad en relación al mayor número de ellos. La mortalidad global fue deI40, 0% (33, 3% en varones y 56, 5% en mujeres), siendo del 26, 9% en las FV, del 50% en la asistolia y del 93, 3% en la disociación electromecánica (DEM). Fue del 8, 3% en las FV cuyaRCP duró menos de 8 minutos, 36, 1% en las que se mantuvo entre 8 y 16 minutos, y del 66, 6% en las que sobrepasaron ese tiempo. En conclusión: en la RCP de las PCR surgidas en la fase aguda del IAM recomendamos el inmediato empleo de la desfibrilación, creyendo que la apertura manual de la vía aérea es suficiente para una óptima ventilación y oxigenación, especialmente en FV; desaconsejamos el empleo inicial rutinario de bicarbonato y de calcio, incluso en DEM, y apoyamos la elevación de la dosis de adrenalina a 2 mg, la administración del tampón en bolus de 50 mEq cada 5 minutos cuando la RCP se prolonga más de 10 minutos, y del calcio solo cuando coexista hipocalcemia, hiperpotasemia o sobredosis de calcioantagonistas. En el medio prehospitalario creemos muy útil la vía intratraqueal para la adrenalina, duplicando y diluyendo la dosis. Recomendamos el aprendizaje en RCP-B a los ciudadanos, especialmente familiares de pacientes de alto riesgo, y al personal sanitario de atención primaria, junto al uso precoz y buen mantenimiento del desfibrilador.

 

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