Resumen

Desarrollo de la enseñanza de la RCP en España

Perales Rodríguez de Viguri N , Cantalapiedra Santiago JA

Filiación de los autores

Departamento de Medicina Intensiva Hospital 12 de Octubre, Madrid

DOI

Cita

Perales Rodríguez de Viguri N , Cantalapiedra Santiago JA. Desarrollo de la enseñanza de la RCP en España. Emergencias. 1988;1:22-4

Resumen

Desde hace 26 años se disponen de unas técnicas eficaces de resucitación cardiopulmonar. Esto fue posible porque a las maniobras ya conocidas de apertura, aislamiento de la vía aérea y ventilación artificial se unieron en 1. 960 el masaje cardíaco externo y dos años más tarde la desfibrilación con corriente continua directa. Desde entonces se salvan anualmente miles de vidas. No obstante, éstos resultados serían más satisfactorios si los conocimientos de RCP estuvieran más difundidos, ya que las posibilidades de sobrevivir a una parada cardíaca va a depender tanto de la enfermedad o situación clínica que la ha desencadenado como del retraso que se produzca en iniciar las maniobras adecuadas de RCP. Así en 1.976 Lund demostró que las posibilidades de sobrevivir a una parada cardíaca descienden de un 61% si se aplica la RCP antes de 1 minuto, menos de un 9% si este retraso supera los 5 minutos. Pero no es suficiente con aplicar precozmente la RCP, sino que es necesario aplicarla correctamente, así Pantridge en 1.970 constató que las posibilidades de sobrevivir a una parada, disminuían en un 50% si la calidad de la RCP no era la adecuada, aunque ésta se iniciara precozmente. A pesar del cuarto de siglo transcurrido y del desarrollo alcanzado por los servicios de Medicina Intensiva y de Reanimación en España, estas técnicas son en la práctica, patrimonio casi exclusivo de estas especialidad es como consecuencia de la carencia, hasta la actualidad, de una enseñanza reglada de la RCP durante la Licenciatura de Medicina y en los Programas de formación de Postgraduados. Esta carencia se agrava ante la ausencia de programas adecuados de formación continuada de los médicos en ejercicio y por el hecho de que para conseguir unos niveles aceptables de capacitación en RCP, no es suficiente con disponer de unos conocimientos teóricos, sino que es imprescindible un entrenamiento práctico y unos hábitos que garanticen su correcta aplicación. Este entrenamiento no se alcanza con el ejercicio profesional, ya que el propio dramatismo de la parada cardíaca y la necesidad de una actuación rápida y eficaz, impiden que la realidad sirva como base de la enseñanza. Este déficit docente contribuye a los pobres resultados prácticos, alcanzados en el tratamiento de la parada cardíaca en la mayoría de los hospitales, si exceptuamos aquellas, que se presentan en las áreas de cuidados intensivos, reanimación o bloques quirúrgicos. Ya que en el resto de los servicios, difícilmente pueden tratarse de unos tiempos adecuados, cuando sólo una minoría de los médicos y del personal de enfermería está capacitado para realizar este tratamiento, de forma que las posibilidades de sobrevivir a una parada cardíaca es 2,5 veces mayor si se presenta en cuidados intensivos que si se produce en un área de hospitalización convencional. En España la realidad es aún más dramática fuera de los hospitales, donde se produce del 50 al 60% de las muertes que originan las dos pandemias de nuestra época; por tanto más de la mitad de las 33.000 muertes anuales que ocasiona en nuestro país la enfermedad coronaria y de las 16. 000 que se producen por accidentes. No aplicándose prácticamente fuera del hospital las técnicas de RCP, aunque está demostrado, que más del 40% de las paradas cardíacas pueden ser tratadas eficazmente, si se dispone de un sistema integral de urgencia que garantice la RCP básica, antes de 4 minutos y la avanzada antes de 8. Esta imposibilidad de aplicar las técnicas de RCP Avanzadas en un medio que no sea el hospitalario, es consecuencia de la carencia de un sistema integral de urgencias que garantice la atención adecuada del paciente crítico, desde el momento y el lugar en que se produce la enfermedad súbita o el accidente. Esta deficiencia de nuestro sistema sanitario es especialmente grave, ya que en los últimos años, la incidencia de las dos pandemias se ha incrementado espectacularmente. Así recientemente el Director de la Oficina para Europa de la O. M. S. alertaba sobre la situación en España, donde la mortalidad en los hombres adultos por cardiopatía isquémica, durante el período 72-74 al 82-84, se incrementó en un 50%, mientras que en el resto de los países occidentales industrializados había disminuido significativamente. La situación es similar en la mortalidad accidental; así la ocasionada por los accidentes de tráfico se incrementó en un 142% en el período de 1. 962 a 1. 984 y en un10, 88% de 1. 985 a 1. 986. De forma que España comparte con Portugal y Grecia el triste privilegio de ser uno de los tres países de la C. E. E., en los que las defunción es por accidente de tráfico han aumentado desde1. 970. Ante la necesidad de desarrollar sistemas integrales y autonómicos de urgencias, recientemente se ha realizado un esfuerzo por parte de colectivos sanitarios de algunas Comunidades Autónomas y de algunas Instituciones como la Cruz Roja. Estos esfuerzos han ido dirigidos en su primera fase, a estudiar y analizarla situación real en este campo y a desarrollar aspectos concretos de los componentes fundamentales de estos sistemas.

 

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